jueves, 27 de octubre de 2011

GUSTAVO FERNANDEZ SUPERA ALIAS EL MISTO ¿ES CULLPABLE DE LAS ACUSACIONES QUE SE LES REALIZA PUBLICAMENTE' PORQUÉ LA JUSTICIA NO ACTUA?

Quienes se lo cruzan en las dependencias del Archivo General de La Nación, en Leandro N. Alem 246, y no conocen su pasado suelen definirlo como un tipo amable, de buen trato y propenso a hablar de las alegrías y tristezas - más de éstas de que aquellas en los últimos tiempos - que le ocasiona el club de sus amores, Gimnasia y Esgrima de La Plata. Esa es la imagen que ofrece al mundo Gustavo Guillermo Fernández Supera (a) El Misto, otrora temible pistolero de la patota de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), quien en lugar de estar respondiendo ante la Justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos por esa banda parapolicial no sólo sigue en libertad sino que cobra un salario pagado por el Estado argentino.

Lejos de la ciudad de La Plata, donde su nombre está indisolublemente asociado a los de Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio, Juan José Pomares (a) Pipi, Ricardo Calvo (a) Richard y Antonio Jesús (a) Tony por su participación en aparato ilegal del terrorismo de Estado durante el gobierno provincial encabezado por el sindicalista de ultraderecha Victorio Calabró y los primeros meses de la dictadura iniciada en 1976, El Misto Fernández Supera se ha reciclado también en un pacífico ciudadano de la localidad de Olivos, donde preside una ONG vecinalista y conduce una agrupación peronista.
Vecino notable. Hoy Gustavo Fernández Supera asegura que nunca conoció al resto de los integrantes de la CNU, que nunca participó de sus acciones y que estuvo preso por oponerse a la dictadura. La mayoría de sus vecinos de la localidad de Olivos desconocen su pasado. Lo tienen como un vecino preocupado por la comunidad. El Misto ha construido cuidadosamente su imagen de buen vecino desde la conducción de la agrupación peronista La Scalabrini Ortiz (http://lascalabriniortiz.blogspot.com/) y desde la ONG Gestión del Puerto de Olivos. Viejo lobo disfrazado de cordero, con esa fachada hasta hoy ha logrado escapar a la acción de la justicia.
TODA LA NOTA EN LA FUENTE


Año 4. Edición número 179. Domingo 23 de octubre de 2011
Por 
Daniel Cecchini y Alberto Elizalde Leal
Gustavo Fernández Supera (a) El Misto trabaja en el Archivo General de la Nación.

ES POSIBLE QUE ESTE SEÑOR  gustavo fernandez supera alias el misto,  EMPLEADO DEL ESTADO NACIONAL sea inocente de estas cuestiones, pero es evidente que se lo está acusando de algo muy grave y, ¿en ese caso porqué motivo la justicia no actua y deja claro la posicion? son asesinatos cometidos con impunidad  policial que deben esclarecerse si o sí. 

Otras notas de MIRADAS AL SUR

sobre lo ASESINATOS DE LOS INTEGRANTES ASQUEROSOS DE
 LA CNU en La Plata y ademas lugares.
  • En los últimos diez días, en dos juzgados federales platenses fueron presentadas cinco querellas relacionadas con los crímenes cometidos por el grupo de tareas de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) que operó en la capital provincial entre 1974 y 1976 al amparo del gobierno de Victorio Calabró, de la Policía bonaerense a sus órdenes, y de las jefaturas del Regimiento VII de Infantería y del Distrito Militar La Plata, estas últimas a cargo del coronel Roque Carlos Presti y del teniente coronel Mario Sila López Osornio.
  • El 11 de febrero de 1976, poco después de las cinco de la tarde, Omar Abel Giaccio, delegado del Pabellón de Profesionales del Hipódromo de La Plata, entró a la sede del Partido Justicialista, en la calle 59 entre 6 y 7 de esa ciudad, con una idea fija: avisarle a un hombre que lo iban a matar.
    Lo vio conversando con otras personas y lo separó del grupo con una excusa que, ahora, no recuerda.
    –Carlos, tenés que esconderte. Te van a matar –le dijo, en un murmullo, como se hablaba por entonces sobre la muerte.
    –Quedate tranquilo, no pasa nada –respondió el otro.
  • Los integrantes de la Concentración Nacional Universitaria que hoy reclaman pensiones graciables no terminaron presos en la Unidad 9 por ser víctimas del terrorismo de Estado sino por formar parte de una patota paraestatal que actuaba tan por la propia que se hacía difícil de manejar incluso para los jefes militares que conducían la represión ilegal.
  • El martes a la noche, el titular del Juzgado Federal Nº 3 de la Plata, Arnaldo Corazza, detuvo a Juan José Pomares (a) Pipi, integrante de la patota de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), cuyo accionar viene investigando Miradas al Sur . Al mismo tiempo, ordenó la captura del ex policía Roberto Antonio Storni, también miembro del grupo de tareas.
  • El martes pasado, finalmente, el juez federal Arnaldo Corazza dictó el procesamiento de Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio y Juan José Pomares (a) Pipi por considerarlos “prima facie” coautores penalmente responsables “de los delitos de privación ilegal de la libertad, torturas y homicidio” en el marco del expediente N°9, caratulado “Domínguez Silvia Ester s/denuncia”.
  • Hasta el momento, Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio y Juan José Pomares (a) Pipi son los únicos detenidos por los crímenes de lesa humanidad cometidos en La Plata por la patota parapolicial de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) entre 1974 y abril de 1976, cuando fue desactivada mediante la detención de varios de sus miembros por fuerzas militares del Área de Operaciones 113, a cargo del coronel Roque Presti, durante un intento de secuestro de Juan Carlos Arias, un militante del peronismo platense.

  ¡¡¡LA JUSTICIA Y LA POLICIA DEBE INVESTIGAR ESTAS COSAS TERRIBLES, SON ASESINATOS!!
Empleado público. Algunos de los actuales compañeros de trabajo de Fernández Supera en el Archivo General de la Nación se sorprenden cuando se les habla de su pasado. "Es increíble, no puede ser la misma persona", dijo uno de ellos a Miradas al Sur. La única constante que parece haber en la existencia de El Misto es la de vivir a expensas del Estado. Su primer empleo público fue en el Registro de la Propiedad de la Provincia de Buenos Aires, que funcionaba en la sede del Ministerio de Economía bonaerense, en 7 entre 45 y 46 de La Plata. Allí, entre 1973 y 1975, su presencia no pasaba tan inadvertida como hoy en el Archivo. "Andaba siempre con Pomares, que también trabajaba ahí, y eran la encarnación del terror. Los recuerdo como si fuera hoy. Los dos iban vestidos con unos sobretodos oscuros que abrían deliberadamente para que todos pudiéramos ver que iban armados. Andaban por el ministerio como si fuera su casa, intimidando a la gente y apretando a los delegados. Fernández Supera era el que mandaba", relató a los autores de esta investigación una antigua empleada del Ministerio, hoy jubilada, que pidió que se mantuviera en reserva su nombre. "Allí trabajaba también su madre, María Esther Supera, una señora muy bien que estaba enloquecida por el comportamiento de su hijo y se lo reprochaba", agregó. "Me acuerdo que no podíamos andar solas por el Ministerio. Los compañeros nos tenían que acompañar al baño porque si íbamos solas esos dos nos, que sabían que éramos militantes, nos seguían y nos amenazaban o directamente nos pegaban", relató a Miradas al Sur otra ex empleada del Ministerio que militaba en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP).
Por este accionar, la relación de Fernández Supera con su madre se deterioró al punto que El Misto se fue de su casa. Ello no fue obstáculo para que el 29 de abril de 1976, cuando fue detenido junto con otros integrantes de la patota por haberse largado a robar por la libre, diera la dirección de la casa materna, en 524 bis N° 1074, como domicilio. Lo mismo hizo uno de sus cómplices, Tony Jesús. Cuando la policía se presentó en la vivienda, María Esther Supera dijo que a Jesús no lo conocía, que su hijo no vivía allí desde hacía meses y que era un mentiroso.
La investigación de Miradas al Sur sobre el accionar de la CNU ubica a Gustavo Fernández Supera (a) El Misto como participante en decenas de secuestros y asesinatos cometidos por la banda, entre ellos los de Horacio Urrera, Jorge Ruda, Luisa Marta Córica, Carlos Scafide, Salvador De Laturi, Carlos Satich y Leonardo Miceli.

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